“El trabajo no es una carga, es parte de la dignidad del hombre”
El Padre Juan Fernando García ingresó a los 18 años a la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, también conocidos como Hermanos de La Salle. A esa misma edad inició su vínculo con la educación, desempeñándose como profesor, inspector y director de diversos establecimientos de la orden. A tal punto llegó su vocación de enseñar que dejó sus estudios de derecho para ingresar a pedagogía, “principalmente porque mi congregación es de educadores, no de abogados”, explica con una sonrisa.
Autor: Álvaro Barriga Mograve
Su otro gran llamado ha sido la vida sacerdotal. Nos cuenta que recientemente celebró 20 años de su ordenación, pero que el deseo de servir a Dios ya lo tenía a los 7 años. Es más, a los 11 se unió al Seminario Menor. “No ha sido un camino fácil y ninguno de estos caminos lo es, sin embargo siempre he tenido la certeza del llamado de Dios a servirlo de modo particular. Primero en la vida religiosa y ahora en el magisterio y sobre eso no tengo dudas”.
Ha tenido dos pasos por la Universidad. Entre 2002 y 2003 trabajó en el Instituto Tecnológico de Talcahuano, prestando además servicios a Educación. Su regreso se dio en 2013 como capellán de la Facultad de Educación y como académico de la Escuela de Talentos Pedagógicos, lugar desde donde aporta con toda su experiencia en la formación de nuevos profesores, labor de la que se siente orgulloso y esperanzado. “Nuestros estudiantes de Educación son jóvenes que buscan comprometerse con los demás (…) En la Facultad yo veo jóvenes inquietos, idealistas. Eso me da mucha esperanza en el futuro, porque los profesores formamos a las siguientes generaciones y tenemos una gran responsabilidad en eso, no sólo ante Dios, sino ante el país”. También tienen palabras para la Facultad en la que se desempeña, calificándola de “extraordinaria en términos de calidad humana y competencias.”.
En cuanto al trabajo formador con jóvenes, el Padre Juan Fernando es claro en señalar que hoy hay que acentuar conceptos como fraternidad y solidaridad para ir en contra del egoísmo y el consumismo. Apunta que la búsqueda vocacional debe responder a un análisis interno para saber reconocer “que condiciones tengo, que talentos me ha dado Dios y como eso lo voy a poner al servicio de los demás y no en mi propio beneficio, como sucede muchas veces hoy en día”. Agrega que en saber elegir “hay una realización humana. El trabajo no es una carga, es parte de la dignidad del hombre. Es un derecho para cumplir una tarea encomendada por Dios y de servicio a los demás, de entrega y muchas veces de sacrificios”.
Consultado sobre su impresión de la labor sindical, dice que él enseña la Doctrina Social de la Iglesia y que, por lo mismo, destaca la función de los sindicatos y su necesidad, “no con un sentido antagónico, sino con un sentido de colaboración, en donde el proyecto es la persona humana. Recuerda que en algún momento el fue el empleador y que hoy le toca sentarse “al otro lado de la mesa”. “Yo estuve muchos años como autoridad dialogando con los sindicatos. Ahora estoy al frente, pero en ambas experiencias he visto la necesidad de los sindicatos, sobre todo cuando se dan en ambientes de colaboración”.
Sobre la posibilidad de participar como dirigente, dice que por el momento no es una opción, producto de sus responsabilidades pastorales y académicas. “Si bien no estoy destinado a ninguna parroquia, estoy destinado a la Universidad. La escases de sacerdotes, pone sobre mí una sobredemanda. Eso imposibilita o pone dificultades en el sentido que no tendría tanto tiempo. De haber una oportunidad, yo no la desecharía.”
Reconoce que tras su regreso a la UCSC demoró en sumarse al Sindicato, por lo que él define como “razones obvias”, entendiendo que él es sacerdote y la Universidad pertenece al Arzobispado. Pese a lo anterior destaca que siempre existió el interés por ser parte. No sabe si es el primer religioso en integrarse a la entidad sindical, pero lo que tiene claro es que “no debería extrañar que un sacerdote forme parte de un sindicato de una institución en la cual trabaja. Como docente creo que tengo todo el derecho de estar sindicalizado”. Y es que para él el “sindicato no es sólo negociaciones colectivas, es mucho más. Es desarrollo de las actividades en beneficio de los trabajadores.”