Palabras de nuestro presidente en el Día del Trabajador Universitario
Buenos días, estimados colegas, amigos y amigas de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Hoy, en el Día del Trabajador Universitario, nos reunimos no solo para conmemorar, sino también para reflexionar. Reflexionar sobre el valor incalculable de nuestro trabajo, sobre las dificultades que enfrentamos y sobre la esperanza que compartimos.
Esta semana ha sido especialmente desafiante para nosotros. Las desvinculaciones que nuevamente se han producido este año nos han afectado profundamente, no solo como comunidad universitaria, sino también en lo personal. Cada año, en estas fechas, la incertidumbre tiende a arraigarse en nuestros corazones, la estabilidad laboral parece más una aspiración que una realidad.
Sin embargo, en medio de este clima de incertidumbre, hay algo que permanece inmutable: nuestro compromiso con la educación, con nuestros estudiantes y con cada uno de nosotros.
Hoy, más que nunca, es momento de mirar hacia adelante con esperanza. La esperanza de que juntos, como una comunidad unida, superaremos estos desafíos. La esperanza de que el día de mañana será más brillante y seguro para todos nosotros.
Quiero invitarlos a que, en señal de solidaridad y reconocimiento, miremos a los ojos a nuestro colega que está a nuestro lado y digámosle que los respetamos y que valoramos su trabajo. Nos demos un abrazo, un abrazo simbólico que trascienda hacia todas y todos, y en particular un abrazo para aquellos que ya no están con nosotros, pero cuyo legado perdura en cada rincón de nuestra universidad.
Recordemos que nuestra única arma, la más poderosa y transformadora, es el amor. El amor por lo que hacemos, el amor por quienes somos como comunidad, el amor por aquellos a quienes servimos. Es este amor el que nos ha traído hasta aquí y el que nos guiará hacia adelante.
Como no va existir el amor de nuestro trabajo, lo vemos reflejado cada día, aquel que cumple el rol de jardinero, vean los jardines de la universidad hermosos, limpios y dan unos deseos de quedar de espalda y mirar al cielo. ¿Nuestras oficinas y edificios limpios gracias a aquellos que cumplen la labor de limpieza, acaso eso no nos ayuda a nuestra salud mental? Son solo ejemplos de quienes somos: todos somos trabajadores y trabajadoras, que cumplimos distintos roles, pero ninguno es más o menos que el otro.
Todos valemos por igual.
Juntos, somos más fuertes. Juntos, construiremos un futuro mejor.
En estos momentos difíciles, un abrazo fraterno queridos colegas.
Cristian Oliva San Martín
Presidente Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la UCSC