“En una negociación lo principal es el sueldo base”
Freddy Zambrano Pérez, preside, desde 2020, el Sindicato de Inchalam, el cual con 65 años de historia ha logrado establecer una serie de beneficios para sus cerca de 290 socios. Éstos van desde el uso de gimnasio y cancha de pasto sintético para hacer deportes o espacios recreativos como quincho y sala de eventos, hasta una clínica dental y atención kinesiológica. Muchos de estos logros responden al aporte de los trabajadores, pero también a una buena relación con la empresa que gracias a importantes aportes ha permitido la concreción de estas aspiraciones.
Antes de llegar a su actual cargo, Zambrano fue parte de otras dos directivas, primero como director a cargo del área de educación del sindicato y luego como tesorero, donde ganó la experiencia que le permitió encabezar la organización hasta agosto de este año, fecha en que se realizarán nuevas elecciones. La primera vez que le tocó ser parte de un equipo negociador, fue en 2015, tiempo en que todavía se podían lograr acuerdos por 4 años. La siguiente vez fue en 2019, proceso que tuvo su logro más importante en la conquista de un bono de permanencia para la gente que entró a la empresa, después de la firma del Contrato Colectivo anterior. Nos cuenta que otro hecho clave fue el conseguir una remuneración mensual, que vino a reemplazar el pago por hora con recargos para los turnos de tarde y noche.
Con esta experiencia el Presidente del Sindicato de Inchalam, dice que para él lo más importante de la negociación es “el aumento del sueldo base, porque eso es lo que cuenta para el cálculo de indemnizaciones, gratificaciones”. También nos dice que ese contrato se preparó escuchando a los trabajadores. “En las negociaciones anteriores se hacía una encuesta donde le pedíamos a los socios que priorizaran cinco ítems calificándolos de 1 a 5. Educación, salud, bono de vacaciones, aumento de remuneraciones y bono término de negociación (BTN). En 2019, yo quise hacerlo diferente. Conversé con el equipo y se decidió que los temas nacieran desde las bases. Armamos un calendario para realizar reuniones a distancia por áreas, todos los sábados, desde las 18:00 a las 20:00 hrs. Lo vimos en tres etapas. Qué se puede mejorar del contrato colectivo, nuevos puntos de negociación y temas propios de cada una de las áreas.”
Con esa información se sentaron a la mesa para negociar de forma anticipada, por solicitud de la empresa. Ya en esa instancia Zambrano es claro y dice que “cuando se va a negociar, uno tiene que pensar que no va a ganar el 100% de las cosas. Por ejemplo, hubo gente que no quería un bono anual, sino tres. Se consiguieron dos. Empezamos por ver los temas más fuertes. Nunca se parte definiendo el BTN, eso es lo último”. También recuerda que ese proceso de negociación fue anterior al estallido social y a la pandemia. Fueron años en que se notó el compromiso de los trabajadores. Estábamos todos encerrados y pensábamos que la pandemia nos iba a pegar duro, pero salieron los retiros y los IFE y la gente vio la oportunidad de construir y reparar. Solo tuvimos un mes de baja y después hubo mucho trabajo. Nos organizamos para responder”.
De lo que se logró en aquella ocasión dice estar tranquilo porque se hizo un trabajo desde las bases y hubo logros importantes como la mejora del sueldo base y del bono de término de negociación, más otros beneficios. “Es importante que los dirigentes sindicales se sientan respaldados por lo que están presentando. Antes yo podía pensar que los temas que yo tenía eran importantes, pero en realidad no eran importantes para todos.”
Respecto a la situación de los sindicatos en el país, dice que con la reforma laboral impulsada en el segundo gobierno de Michelle Bachelet se lograron cosas importantes que favorecieron al mundo sindical. “Con la reforma, el contrato o convenio vigente pasó a ser el piso. Ya no era necesario partir de cero y negociar todo”. Sin embargo, reconoce que la participación de los trabajadores en este tipo de organizaciones es muy baja en Chile. “Aún hay temores de que si pertenezco a un sindicato me puedan calificar de rojo, anarquista o que estoy contra la empresa”. Dice que conoce de cerca los modelos de Argentina, Brasil y Alemania donde la realidad es muy distinta. “El modelo argentino es por rama. Por ejemplo, allá existe la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), donde convergen las siderúrgicas, la industria automotriz, todo lo que tiene que ver con metal mecánica. Con entrar a trabajar ya estás sindicalizado y te descuenta entre el 1 y 2% de tu sueldo. En Brasil es parecido, pero no tienen incorporación automática. En ambos países desarrollan harto el tema del bienestar”.
Por último, se refiere el sistema alemán el que define como preocupados en la formación de los dirigentes y de congestión. “En Chile recién se está hablando de esto, que es la participación de los trabajadores en las decisiones que toman las empresas. Para allá han ido algunas entidades públicas donde los sindicatos tienen presencia en las mesas directivas y también es algo que está en la propuesta de la nueva constitución”.