Mario Muñoz Alarcón, Coordinador de Seguridad de la UCSC
Mario Muñoz: “Nos sentimos respaldados por el Sindicato”
Con más de una década vinculado a la Universidad, le ha tocado vivir dos momentos complejos para la institución. El terremoto de 2010 y la pandemia de Covid-19. Ambas han exigido sacrificios, pero también dice haber sentido el apoyo del Sindicato. De ahí que para él sea de gran importancia la existencia de una organización que vele por los trabajadores.
Autor: Álvaro Barriga Mograve
Mario Muñoz Alarcón, Coordinador de Seguridad de la UCSC, recuerda que ingresó a la Universidad en 2008 y que al poco tiempo “como grupo de guardias, nos incorporamos derechamente al Sindicato”. Y es que para él la importancia de esta entidad es grande, pues “nos sentimos respaldados. Cualquier requerimiento que uno necesite, cualquier orientación, el Sindicato siempre está llano a prestarnos la ayuda correspondiente. Están pendientes de los funcionarios y nos apoyan en todo”, destaca.
Un especial reconocimiento hace al actual presidente sindical, Ángelo Jara, quien en su opinión siempre ha estado preocupado del grupo de guardias, incluso antes que fuera la cabeza de la directiva y con mayor razón cuando se declaró la pandemia en el país. “Recibimos su respaldo desde ese minuto y hasta ahora. Estamos muy agradecidos de él. Le ha prestado apoyo a mí y a mis compañeros.”
La pandemia, junto al terremoto del 27F, son los momentos más difíciles que le ha tocado vivir en la Universidad, de ahí que lo ocurrido de marzo de 2020 a la fecha, ocupe un lugar especial entre sus recuerdos. Mario cuenta que durante ese período “trabajé al mínimo con el personal de planta y con la empresa externa que nos apoya. De apoco sacamos el tema adelante. La idea era darle, de alguna manera, continuidad a la Universidad.”
El remorar esos días también hacen aflorar una cierta melancolía. “Era bastante triste ver a la Universidad sin nadie. Uno llegaba a trabajar en la mañana y todo estaba vacío.” En ese contexto dice que septiembre fue difícil por ser un mes en que tradicionalmente andan muchos alumnos y todo es alegría, pero que en esta ocasión la situación era desoladora. “No estamos acostumbrados a ver a la Universidad así. Ni siquiera con el terremoto, que fue lo más grave que tuvimos.”
A la hora de mencionar cual fue el obstáculo más grande al que se tuvieron que enfrentar, no duda. “Lo más complejo fue adecuarnos a las nuevas normativas de la autoridad sanitaria y el tener que estar dependiendo de hacer movimientos para cubrir las necesidades de seguridad como lo requiere cualquier departamento.”