Nuria Jimena Muñoz Acuña, Secretaria de la Dirección de Docencia
Hace muy poco dejó la Facultad de Educación, donde se desempeñó por varios años, para asumir un nuevo puesto en la Dirección de Docencia. Desde ahí nos comenta como ha sido ese cambio, lo bueno y lo malo del trabajo a distancia que se realizó por meses a raíz del Covid y el regreso a la presencialidad.
Autor: Álvaro Barriga Mograve
La llegada de nuevas autoridades a la Universidad y la jubilación de algunas compañeras, abrió una oportunidad de cambio y crecimiento profesional que no quiso pasar por alto. Por años ligadas a la Facultad de Educación, no lo pensó dos veces para postular al concurso interno en la Dirección de Docencia. “Hubo varias restructuraciones de cargo, movimientos y postulaciones internas. Yo postulé y quedé”, dice Nuria Muñoz refiriéndose al puesto que hoy ejerce y en el que lleva poco tiempo. “No cumplo todavía el mes.”
Sus 12 años en la Universidad y el que en sus inicios hiciera reemplazos en varías de sus áreas, claramente le han brindado una gran experiencia para enfrentar con sabiduría sus nuevas responsabilidades. “Cuando quedé en este puesto, fue todo el día, porque hay varias cosas que uno tiene que aprender desde cero. Es un trabajo totalmente distinto al que yo hacía y en eso estoy, aprendiendo”. Nuria hace referencia al tiempo que hoy dedica a su labor porque hasta antes de que fuera confirmada en el cargo, cumplía sus tareas en media jornada, en el contexto del regreso paulatino a la presencialidad.
Y es que la pandemia obligó a trasladar las tareas laborales a las casas. “De la noche a la mañana tuvimos que irnos. Lo primero que pensé es que iban a ser 14 días, pero nunca pensé que íbamos a estar tanto tiempo fuera”, recuerda, al tiempo que reconoce que al principio fue difícil por todo lo que implica reacomodar una rutina de trabajo. “Comenzamos a trabajar casi de cero, a aplicar cosas desde casa, se activaron varias redes de apoyo entre nosotros mismos. Para mí, fue fundamental el apoyo del personal de informática, quienes me habilitaron el sistema para trabajar desde casa.”
Pese a ese tiempo complejo y de mucha restructuración para compatibilizar el trabajo con las tareas propias del hogar, que en su opinión siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres, Nuria es capaz de rescatar cosas positivas. “Se activaron varios protocolos que agilizaron las gestiones, al menos desde el punto de vista administrativo. Ahora como todo es digital, es más rápido. El sacar un documento y que se firme es todo a través de correo. Espero que esos procesos hayan llegado para quedarse.”
La vuelta a la Universidad también ha implicado cambios porque “ya nos habíamos acostumbrado y acomodado. Había un orden y habíamos logrado tener un ajuste de horarios y en general lo que es la rutina trabajo-casa”, señala. Para Nuria el regreso presencial comenzó entre agosto y septiembre de este año y en un sistema que se podría definir como mixto porque “no están todos los funcionarios. En varias cosas seguimos trabajando virtual, pero desde la oficina. Debemos echar andar esto porque el próximo año, se supone, va a ser de, entre comillas, normalidad”.