“Nos preocupamos que se respeten todos los protocolos”
Ambos llevan una vida ligados a la Facultad de Medicina. Por sus pasillos han visto pasar a centenares de futuros médicos, kinesiólogos, nutricionistas, enfermeras y tecnólogos médicos, sin embargo, el Covid-19 los privó de ese trajín y de ese contacto con alumnos y docentes. Mientras la mayoría se protegió en sus casas, ellos siguieron preocupados de un edificio que, ante el nuevo contexto sanitario, estaba prácticamente vacío.
Autor: Álvaro Barriga Mograve
Fabiola Hernández, Edgardo Barra y Marta Barría fue el equipo de auxiliares de la facultad que se mantuvo en sus puestos, incluso durante los meses en que el virus hacía estragos. Con 17 años ligada a la Universidad, Fabiola nos cuenta que al principio estuvieron un tiempo en sus casas, pero que pronto les tocó volver de forma intermitente, asistiendo unos 3 días a la semana. Eso, hasta que se volvió a una relativa normalidad y debieron presentarse todos los días a horario completo.
“De primera era más tranquilo, porque habían poquitos alumnos y ahora no porque las clases están como más normales. Estamos volviendo al ritmo que teníamos antes. Todavía falta, pero estamos casi con el ritmo que tenemos que tener.” El único momento en que debió parar fue para cumplir con su cuarentena, por ser contacto estrecho. “Yo no sabía si estaba contagiada, pero después, cuando salí de la cuarentena, me hice una prueba de sangre y ahí me dijeron que yo había tenido Covid. Gracias a Dios no fue fuerte y no tuve síntomas graves.”
El que sí supo desde un comienzo que había sido afectado por el virus fue Edgardo, quien debió cumplir con los 14 días de aislamiento. “yo y mi familia tuvimos Covid, pero salimos airosos”, recuerda. La experiencia lo hizo extremar los cuidados en su hogar y en su trabajo. “Después de eso uno anda preocupado de que se respeten los aforos, de la distancia, el lavado de manos, que los alumnos usen la vestimenta pertinente y las mascarillas. Andamos preocupados que se respeten los protocolos al 100 por ciento.”
Sobre los primeros días de la pandemia, quien lleva 22 años trabajando en la Facultad de Medicina, señaló que lo más difícil fue acostumbrase al límite de personas en un espacio y al uso de los implementos de seguridad como cubre bocas y buzos. Edgardo, también tiene palabras para el apoyo que recibió del Sindicato, en especial durante esos días en que debió ausentarse. “Cuando estuve contagiado con mi familia, siempre llegó la ayuda de la directiva. Estaban preocupados que no faltara nada”. Fabiola coincide al señalar que “hubo harta gente que me llamó. Sentí el apoyo de mis compañeros y de la gente de la facultad.”
Antes de terminar, Fabiola aclara que si bien Edgardo, Marta y ella estuvieron “al pie del cañón” durante el período más complejo, no lo hicieron solos, ya que contaron con el apoyo de Marcela Cortés y Lorena Osses, trabajadoras de una empresa externa, las que “estuvieron codo a codo con nosotros” y posteriormente de sus colegas Sandra Oñate, Karen Giampaoli y Guillermo Durán.